El Cerro del Tío Pío (y II)

[y II]                 (LEER El Cerro del tío Pío [I])
El plan de absorción de 1961 acaba con los tugurios de los alrededores, no con las casitas de mejor calidad constructiva, aunque su objetivo fuera también el absorber los habitantes de esa zona (Juan Antonio Cebrián de Miguel).
A finales de ese año el colegio Tajamar se instala en el barrio. La existencia de Tajamar “iba a marcar en los años siguientes la historia del Cerro (…). Los fundadores de este colegio recordarían siempre con cariño sus relaciones con los habitantes del Cerro, resaltando la miseria que les rodeaba y su honradez. Hasta el fundador del Opus Dei, José María Escrivá de Balaguer, desde 2002 santo, evocó aquellos años con especial afecto” (Un Cerro de ilusiones, J.J.M.).

[El colegio Tajamar, obra corporativa del Opus Dei, era la 1ª Sección Filial del Instituto Ramiro de Maeztu y nació en febrero de 1958, siendo su primera sede un pequeño local de la colonia Erillas, en el Puente de Vallecas, hasta octubre de 1958 que se trasladó a la Vaquería (unos locales situados entre el Cerro del Tío Pío y el Barrio de Doña Carlota que habían sido utilizados como establos). En octubre de 1961 se deja la Vaquería para trasladarse al Cerro. Desde el principio contó con estudios diurnos y nocturnos de Bachillerato Elemental y en marzo de 1959 se instaló Primaria. En 1961, ya en la sede definitiva, se comenzó a impartir el Bachillerato Laboral (1º de Elemental y 5º de Adaptación al Bachillerato Técnico Superior).]
Un profesor de Tajamar recuerda el aspecto del barrio al comenzar las obras del instituto:
“En El Cerro del Tío Pío había unos cientos de modestas casas encaladas, construidas por sus ocupantes, de una sola planta —casas bajas, las llamaban—, de mampostería cubierta con techo de uralita, y muchas chabolas de latas, maderas y cartones.
En la ladera del cerro, también había cuevas excavadas en la tierra. Aún me acuerdo de cómo me contaba un inquilino de las cuevas su modo de vida:
—Si crece la familia, no tengo más que sacar tierra y me sale otra habitación. Además, la luz me sale gratis... —me decía, optimista, mientras señalaba el cable de la luz conectado a un poste de alumbrado público.
Esas chabolas y casas bajas estaban ocupadas por aquellos inmigrantes que no habían encontrado una vivienda barata ni siquiera en los suburbios. En lo alto del cerro había unos terrenos que se extendían hasta lo que ahora es la autopista de Valencia y que entonces eran todavía campos de labor. Enseguida comenzaron a alzarse unos edificios que serían testigos, durante años, de las duras condiciones de vida de esas gentes.

Aquellas viviendas no tenían agua corriente. De vez en cuando venía un camión cisterna militar con el agua. Al comenzar las obras de Tajamar, conectamos la red de abastecimiento de agua y pretendimos construir unos lavaderos para uso de las familias que vivían en las chabolas. La administración municipal no lo permitió, pero lo que no pudo evitar es que respetáramos una chabola que se había levantado, sin ninguna autorización, dentro de los terrenos de Tajamar.” (La descripción es de Lázaro Linares en Antes, más y mejor).
“Con la instalación del Instituto Tajamar en esta zona (…), la situación cambiará considerablemente”, siendo su influencia “doblemente beneficiosa”, pues junto a una sección diurna, casi desde los comienzos “tiene una importante sección nocturna” y otra “de educación de adultos” (Juan Antonio Cebrián de Miguel), donde se imparten estudios de bachillerato y cursos de formación profesional. En 1966 los alumnos de Primaria dejan la Vaquería para trasladarse a la nueva sede y ese curso se dedican dos aulas para atender a más alumnos del Cerro, unos para preparar el Ingreso al Bachillerato elemental y otros de mayor edad, con estudios primarios, para recibir clases prácticas que les permitieran acceder al mundo laboral.
[“Hay una gran diferencia en el nivel de instrucción en lo que va de 1960 a 1978 (…). Existen en la actualidad, en número cada año más abundante, licenciados universitarios, técnicos y profesores de colegios cercanos, que nacieron y vivieron en el Cerro.” (Diario ABC, 22-11-1979)]

“Por las fechas que se instala Tajamar en la sede definitiva del Cerro del Tío Pío se construye, por petición de los vecinos, una nueva vía de acceso al núcleo, desde la Avda. de la Albufera, que también será un factor de apertura del barrio de fuera adentro y viceversa.
Esta vía tenía previsto enlazar la Avda.de la Albufera con la nueva carretera de Valencia, entonces en construcción, pero el trazado desconoce la realidad, y la carretera topa con las obras de construcción de Tajamar. Así, la vía quedó paralizada, y solo se reanuda varios años después, bordeando las instalaciones del Instituto Tajamar, cuando se realizan las obras de la cooperativa de viviendas Jesús Divino Obrero.” (Juan Antonio Cebrián de Miguel).
En realidad, se trata de la Cooperativa Virgen del Cerro, siendo Jesús Divino Obrero el nombre de la Colonia de viviendas, fruto de la cooperativa.
El artífice principal de la Colonia Jesús Divino Obrero fue D. José Luis Saura, párroco de la iglesia San Alberto Magno, que se inauguró en 1965 en un modesto barracón de unos cien metros cuadrados, sito en la barriada.
“Su primer párroco, el cura José Luis Saura, se convirtió pronto en un personaje muy querido por su ayuda a la gente del poblado.” (Un cerro de ilusiones, J.J.M.). Don José Luis, sacerdote del Opus Dei, se había ordenado el 14 de agosto de 1960.

[Inauguración de la parroquia de San Alberto. En la mañana del domingo (5 de diciembre), monseñor Morta; obispo auxiliar de la Archidiócesis de Madrid, presidió la inauguración de la Parroquia de San Alberto Magno, situada en el Cerro del Tío Pío (Vallecas), confiada al Opus Dei.
La parroquia se extiende por una amplia zona suburbial que incluye al Centro Tajamar que, desde hace varios años, realiza una intensa labor de promoción social, cultural y profesional entre los habitantes de Vallecas.
La ceremonia inaugural comenzó con la santa misa, que ofició monseñor Morta, en la iglesia parroquial. Asistió a la misa el consiliario del Opus Dei en España, doctor Sánchez Bella, y numerosos feligreses, parte de los cuales siguieron la ceremonia desde el exterior del recinto.
El doctor Morta pronunció una homilía en la que expresó su "gratitud a los sacerdotes del Opus Dei, a quienes se ha confiado esta parroquia", manifestando que el señor arzobispo, a quien representaba, "consideraba como suya la labor pastoral que ellos van a hacer" en esta nueva parroquia, encuadrada en el populoso barrio de Vallecas.
Al término de la misa, el obispo auxiliar dio posesión de su cargo al nuevo párroco, don José Luis Saura Buill, doctor en medicina y Derecho Canónico (ABC, 7-12-1965)]

En el Cerro del tío Pío van desapareciendo las chabolas. Así titula Roberto Gutiérrez un artículo del diario ABC, publicado el 22 de noviembre de 1979, en cuyo encabezamiento escribe:
“Lo que era una zona infraurbana de una de las barriadas más pobres de Madrid, se está convirtiendo poco a poco, y gracias al esfuerzo de sus habitantes, en un barrio digno de Madrid (…). La barriada hasta hace poco estaba aislada y tenía aire típico de pueblo; hoy calles y bloques de viviendas perfectamente encuadradas en el casco urbano madrileño”.
La luz eléctrica había llegado diez años antes, colocándose cien postes de luz en las zonas más necesitadas. Se preveía la construcción de otros accesos, calles, aceras, alcantarillado, agua en las casa, etc.
“Pero todo esto tuvo que esperar. Fue la dedicación tenaz y generosa de unos hombres, entre ellos el párroco, don José Luis Saura –conocido y admirado por todos–, lo que llevó al Cerro del Tío Pío a ser, hoy en día, un barrio digno y ejemplo de constancia para otras zonas del suburbio de Madrid”.
Como consecuencia del plan quinquenal de erradicación del chabolismo de 1961, en 1966 se procedió a la expropiación de chabolas en el Tejar de Luis Gómez y algunas familias tuvieron que pasar alguna noche en la calle.
El párroco acogió durante algún tiempo a estas familias en Tajamar. Y, en colaboración con otros vecinos y alumnos de ese Centro de enseñanza, reconstruyó las casas que habían sido medio derruidas. Ahí comenzó la campaña para hacer una cooperativa de viviendas y otros servicios que acogiera a todos los habitantes del Cerro del Tío Pío, para librarlos de las ínfimas condiciones de vida en que vivían”.
[En realidad, fueron cinco chabolas las derribadas y se reconstruyeron en una noche, durante la cual las familias fueron alojadas en Tajamar. El hecho se produjo el jueves 20 de octubre de 1966 y la noticia tuvo amplio eco en la prensa, publicándose en el Diario de Las Palmas (21-10-1966), ABC (22-10-1966), la Hoja del Lunes (24-10-1966) y en el Semanario EL CASO:
“Treinta y cinco familias obreras (…) acaban de vivir una jornada de angustiosa zozobra (…). El pasado jueves, hasta pasadas las cuatro de la madrugada, (…) tres (…) sacerdotes (…) de la parroquia aneja de San Alberto Magno, del Puente de Vallecas, (…) al frente de un entusiasta grupo de jóvenes estudiantes del Instituto Tajamar, de chabolistas y vecinos, iban reconstruyendo y devolviendo a la vida activa –si aquello es vida– a aquellas cinco familias obreras que durante la mañana anterior habían visto derribadas sus míseras chabolas (…).
Las treinta y cinco familias que viven en las cuevas y chabolas del Tejar de Luis Gómez, en el Cerro del Tío Pío, conocieron una noche de milagro...” (Semanario EL CASO)]

Se fundó la cooperativa Virgen del Cerro y en 1970 comenzó la construcción de la colonia, con el fin de absorber a toda la población residente en el barrio. “En 1973 había descendido la población a cerca de 2.500 habitantes, distribuidos en 657 viviendas, de las cuales en torno a 300 estaban en unas pésimas condiciones.” (Un cerro de ilusiones, J.J.M.). En 1975, cinco años después de iniciarse su construcción, la colonia quedó prácticamente concluida, entregándose 1.185 viviendas sociales que fueron adjudicadas, principalmente, a los antiguos habitantes de las casas bajas, chabolas de la zona y cuevas, excepto aquellos que no pudieron o no quisieron, por diversas razones, asociarse a la cooperativa. Para completar el número de socios, necesarios para llevar a cabo el proyecto, se tuvo que acudir a personas que no vivían en el Cerro (Juan Antonio Cebrián de Miguel).
“La construcción de la cooperativa de viviendas es el último hecho transformador del paisaje de barrio. Tiene tal importancia, que se puede decir que a partir de ese momento el barrio cambia de estructura” (Ibídem).
Posteriormente, se construyó un colegio público con 28 unidades; una guardería de 250 plazas, obra social de la Caja de Ahorros de Madrid; una residencia de ancianos con más de 100 camas; una galería de alimentación; y el complejo parroquial.
Terminada la estructura de la iglesia, que sustituyó al antiguo barracón, hacia finales de 1978, se utilizó en cuanto fue posible para celebrar la santa misa y demás actos litúrgicos, para la catequesis y el resto de actividades que se venían realizando en el barracón. Su dedicación tuvo lugar casi un año después, el 25 de noviembre de 1979, y fue celebrada por el cardenal arzobispo de Madrid, don Vicente Enrique y Tarancón, y el obispo auxiliar de la vicaria de Vallecas, don Alberto Iniesta. La nueva iglesia, bajo la advocación de San Alberto Magno, bien puede considerarse que fue la última piedra que se puso en la colonia Jesús Divino Obrero (Diario ABC 22-11-79).


Don José Luis Saura

José Luis Saura Buil, hijo de Luis y Pilar, fue criado en Binéfar (Huesca) y nació en 1927. El matrimonio tuvo otros tres hijos: Pilar, Miguel Ángel y Joaquín.
Conoció el Opus Dei en sus años de estudiante de Medicina en Zaragoza y pidió la admisión en la Obra el 5 de febrero de 1951. Vivió unos años en Roma, donde conoció al fundador, san Josemaría Escrivá. En 1960, el 14 de agosto, recibió la ordenación sacerdotal.

Cuando llegó a Vallecas tenía unos treinta y cinco años y en 1965 fue nombrado párroco de San Alberto Magno, en el Cerro del Tío Pío, que era atendida hasta entonces por religiosos marianistas. La parroquia tenía pocos feligreses, pero a base de acudir donde estaba la gente, también a los bares del barrio, acabó haciéndose amigo de todos. El miedo al cura fue desapareciendo. Era fácil verle en casa de uno o de otro, muchas tardes de domingo, charlando un rato con familias enteras, familias que en muchos casos se habían distinguido por su anticlericalismo (José Luis Saura Buil. In memoriam, Heraldo de Aragón 12-2-2014.). [En la foto, tomada durante una procesión del Corpus Christi, también aparece el sacerdote don Enrique Martín, que trabajó junto a don José Luis durante largo tiempo]
“Don José Luis hizo una labor muy buena. Iba a visitar las casas donde vivían; visitaba las chabolas, y eso significaba mucho para ellos. Yo no sé si comprenderían poco o mucho de lo que es la religión en sí, pero quedaban vinculados a él como persona; y lo querían. Y eso que don José Luis parecía una persona un poco seca, pero tenía un corazón…” (Pedro Matías, conserje de Tajamar por aquella época y que conoció bien a don José Luis).
“José Luis se esforzaba por ayudar a estas familias y procuraba que aprendieran a resolver sus problemas por su cuenta. Algunas cuestiones se las solucionaba él, pero en muchos casos les decía dónde tenían que ir y qué gestiones debían hacer, para que aprendieran a valerse por sí mismos (…). La mayoría de aquella gente vivía en chabolas o en cuevas, sin luz, entre vertederos de basuras, en situaciones infrahumanas y en construcciones hechas al margen de la legalidad" (Rodrigo Fernández Salas, capellán de Tajamar y muy amigo de D. José Luis).
Don José Luis sufría viendo cómo vivían muchas de esas familias y se propuso paliar sus necesidades buscando alguna solución, impulsando la cooperativa Virgen del Cerro, que dio origen a la futura colonia de Jesús Divino Obrero.

Tras nueve años de dedicación a la parroquia y los vecinos del Cerro, en 1974, faltando un año para que se culminara su proyecto, se incorporó al santuario de Torreciudad. “Durante 17 años ejerció como rector trabajando para despertar en peregrinos y visitantes el cariño a la Virgen que siempre movió su corazón” (José Luis Saura Buil. In memoriam).
Después se trasladó a Zaragoza, donde fue rector de la Iglesia de Santa Cruz, desde donde impulsó la puesta en marcha el Banco de Alimentos de Aragón. Falleció en Zaragoza el 17 de diciembre de 2013 a los 86 años de edad.
A propuesta de vecinos, comerciantes y diversas entidades sociales, educativas y deportivas, la Junta Municipal de Vallecas, tras recibir más de 2.240 firmas de respaldo, acordó en un Pleno de octubre de 2014 atribuir el nombre de Plaza de José Luis Saura a un espacio público situado entre las calles Mohernando, Humanes y Carlos Solé. La inauguración oficial de la plaza tuvo lugar el domingo 15 de febrero de 2015. Al acto asistieron, entre otros, el alcalde de Binéfar Agustín Aquilué, y los tres hermanos de don José Luis: Joaquín, Pilar y Miguel.

EPÍLOGO
"Fue habitado durante más de setenta años. Llegó a cobijar a miles de personas que, ante la adversidad, conformaron con orgullo una especie de ciudad propia"
(Un Cerro de ilusiones, Juan Jiménez Mancha).

Correo electrónico:jlghpv15@gmail.com
FUENTES PRINCIPALES:
Aproximación a la Geografía Social del Suburbio Madrileño-El Cerro del Tío Pío, tesis de Juan Antonio Cebrián de Miguel.
Un Cerro de ilusiones, Juan Jiménez Mancha.

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