Adolfo Salvador y León

Habiendo adquirido Vallecas más notoriedad en la década de los veinte debido al aumento de la población del Puente, el auge comercial y la mejora de las comunicaciones, entre otros factores, se observa mayor presencia de la barriada en la prensa, lo que nos ha permitido conocer mejor el ambiente social y político del Puente de Vallecas.
De uno de los políticos de esa década, D. Adolfo Salvador, disponemos de información suficiente para trazar un perfil del que fue alcalde de Vallecas entre 1925 y 1930. Adolfo Salvador y León, natural de Almadén, nació el 29 de Agosto de 1879. Tomó posesión de la Alcaldía de Vallecas en febrero de 1925.
El 25-2-1925, en La Libertad, se da la noticia de su designación: “Por unanimidad ha sido designado alcalde del Puente de Vallecas el prestigioso industrial don Adolfo Salvador, y concejal D. Fernando Reco (…). Había el propósito de rendir a ambos señores un homenaje, pero ellos han declinado el honor. Tenientes de alcalde han sido designados: del distrito del Centro, D. José Llopis; del Norte, el Sr. Borda Escudero; del Sur, Sr. García Llamas. Alcalde del barrio del sur ha sido nombrado D. Gabriel Pérez (…). Alcalde de Vallecas ha sido nombrado D. Manuel Villaseca. De todos los citados esperan mucho los vallecanos”.

[Obsérvese la denominación “alcalde del Puente de Vallecas” y que se nombre un “Alcalde de Vallecas”, como si la Villa fuera un distrito del Puente. Bien es verdad que en esa época también se escribe “alcalde de Vallecas” o “ayuntamiento de Vallecas” para referirse a toda la localidad, incluyendo el Puente y la Villa.
En años anteriores, al Alcalde o al Ayuntamiento se les designaba como “Ayuntamiento de esta Villa de Vallecas” (Diario Oficial de Avisos de Madrid, 22-10-1913); “Ayuntamiento de Vallecas” (1916); “alcalde de Vallecas” (1917); “elecciones (municipales) en Vallecas” (1920); “Ayuntamiento de Vallecas” (1921); “Ayuntamiento de Vallecas” (1921 y 1922); y ya en 1922 y 1923: “el alcalde del Puente de Vallecas (1922), “Ayuntamiento del Puente de Vallecas” (1923),…. Así lo confirman algunas noticias como las siguientes:
“El alcalde presidente del Ayuntamiento de Vallecas, Sr. Folgueras, en unión de los demás concejales, han acordado, con motivo de las fiestas de Pascua, repartir entre los pobres de la demarcación 500 panes. Ha sido muy elogiado por todo el pueblo, siendo digno de mención tan caritativo acuerdo.” (El Globo, 27-12-1916).
“El arroyo Abroñigal se formó de nuevo en las Ventas del Espíritu Santo, y la corriente llegó a varias casas de las márgenes, especialmente a los merenderos y a las que están situadas junto al puente (…). Una comisión (…) visitó (a las autoridades) para pedirles auxilio, La comisión iba acompañada de…, y el alcalde de Vallecas, señor Pedrero.” (ABC, 12-9-1917).
“El gobernador civil facilitó esta mañana a los periodistas los siguientes datos del resultado de las elecciones en los principales pueblos de esta provincia (…): Vallecas, un conservador, un liberal, un demócrata, un republicano, tres independientes y dos socialistas.” (La Época, 9-2-1920).
“El viernes último, para celebrar la aprobación de los presupuestos municipales, acordaron varios concejales del Ayuntamiento de Vallecas una expedición campestre en automóviles. En dos coches salieron los expedicionarios, acompañados del alcalde del citado pueblo. Ya en la carretera, uno de los coches chocó contra un poste telegráfico (…). Resultaron heridos (los concejales) D. Luis Infante, D. Joaquín Bustos y D. Joaquín Ferreiro (…). El estado del Sr. Bustos es gravísimo.” (El Sol, 15-2-1921).
“La Comisión de Arbitrios de la Diputación ha aprobado los arbitrios extraordinarios proyectados por el Ayuntamiento de Vallecas para cubrir el déficit de su presupuesto” (La Libertad, 6-1-1922).
En enero de 1922 se hace una petición al alcalde del Puente de Vallecas por el “incumplimiento de la ley del descanso dominical en la barriada del Puente de Vallecas.” (La Libertad, 12-1-1922).
“La Sociedad de vecinos del barrio de Entrevías se ha elevado en queja al gobernador del abandono vergonzoso en que se tiene a dicho barrio (…) y se ha trasladado al Ayuntamiento de Vallecas (…), pero no ha ocurrido nada.” (Heraldo de Madrid, 24-1-1922).
Con motivo de las fiestas de la Virgen del Carmen, el día 17 de julio de 1922 se disputa “un partido entre los equipos del Centro Instructivo regional del barrio de Doña Carlota y de los jugadores de la Sociedad Gimnástica Española, de Madrid, los cuales se disputarán una copa de plata, regalo del Ayuntamiento de Vallecas.” (La Libertad, 15-7-1922).
“Esta mañana, a las once, se verificó en el cuartel de la Guardia Civil del puesto de Nueva Numancia el acto de entrega de la bandera que el Ayuntamiento del Puente de Vallecas regala a dicho cuartel de la Guardia Civil (…). El alcalde (…), don Segundo Fraile, hizo entrega de la enseña al jefe de la Comandancia, (como) prueba de gratitud del pueblo (…) por los servicios prestados en aquella barriada (…). A continuación se procedió a bendecir la bandera por el párroco, D. Emilio Franco, quien seguidamente cantó una misa en el altar al efecto preparado (…). ”(La Correspondencia de España, 16-10-1923).]

Refiriéndose a Adolfo Salvador, la Guía Descriptiva de Vallecas (julio de 1929), de Federico Iglesia Traverso, nos habla de él como “hombre ilustrado”, que quiere “como buen hijo” al distrito, con “espíritu emprendedor”, “ciudadano amante del progreso”,…:
“Hijo de una distinguida familia, de posición desahogada, gozando de merecida reputación comercial, como hombre ilustrado y de vastos conocimientos, el Sr. Salvador ha puesto siempre al servicio de este distrito, al que ama como buen hijo, su fortuna honradamente adquirida, su inteligencia y su actividad nunca, ni por nadie, desmentida.
Espíritu emprendedor y abierto a todas las reformas, ha procurado mejorar los servicios, llevar a cabo grandes obras y dotar a esta localidad de cuantos adelantos fueran compatibles con los recursos del Erario Municipal.
La Villa de Vallecas le es deudora de muchos beneficios, no ya solo como autoridad, sino como ciudadano amante del progreso y de los adelantos industriales y por eso no es extraño que el nombre de Sr. Salvador sea estimado y respetado por todos.”
El autor de la Guía destaca “sus especialísimas cualidades y su constante solicitud por el interés de este pueblo, ha conseguido, desde que fue elevado al puesto que con tanto acierto ocupa al frente del Municipio, importantísimas mejoras, dotándola de servicios indispensables, dado el gran incremento que por su capitalidad y proximidad a la Corte, está adquiriendo”.
Unos meses antes de que Adolfo Salvador fuera alcalde una crónica de La Voz, publicada en septiembre de 1924, se refiere al crecimiento del Puente de Vallecas y a la falta de urbanización “a medida que la población crecía”; y entre las posibles soluciones, el cronista sugiere “el desdoblamiento de la municipalidad”, de modo que el Puente se segregue del pueblo de Vallecas y se incorpore a Madrid:
“(…) el Puente de Vallecas es hoy una barriada extensa y populosa (25.000 empadronados, más de 35.000 habitantes reales). (…) este rápido crecimiento enriqueció a los primeros pobladores.
De lo que nadie se preocupó fue de ir urbanizando a medida que la población crecía (…).
El pueblo de Vallecas ha pedido que se segregue al Puente de su municipalidad (y) el Puente su segregación e incorporación a Madrid. (…) (Como) municipio independiente el Puente podía llegar a ser un espléndido arrabal de la corte (…). La distancia del Puente a Vallecas y sus diferentes condiciones de vida hace ideal (…) el desdoblamiento de la municipalidad”. (T. Sevilla. La Voz, 19-9-1924)
Un año después el mismo periódico detalla algunas consecuencias de esa falta de urbanización que sigue padeciendo la barriada, en contraste ”con sus magníficas construcciones”, “de edificios burgueses”:
“Estos días, el Puente de Vallecas, con sus magníficas construcciones (…) da la sensación de una Venecia moderna, de edificios burgueses, en que el agua de los canales ha comenzado a cuajarse en fango, en proceso de solidificación (…)”, después de afirmar que “El Puente de Vallecas cuenta con algunas calles urbanizadas, muy pocas, (…) (y) el resto de la población carece de pavimento firme (…). El lodo que llena el arroyo de las calles, entre las aceras rústicas, se mueve (…) como masa agitada en inmensa artesa.” (La Voz, 26-12-1925)
[Si comparamos el texto con la visión que ofrece en 1928 “el Imparcial” (27-6-1928), sin perder de vista lo se lee en “La Voz” del mismo año (8-12-1928), puede constatarse el desarrollo —moral y material— del Puente que induce a pensar en el mejoramiento de las condiciones de vida de los vecinos.]
En 1927, dos años y medio después de la llegada a la alcaldía de D. Adolfo Salvador León, se proyectan una serie de mejoras necesarias para el Puente: construcción de un matadero público, de una plaza de abastos –en el sitio llamado La Corrala– y de dos grupos escolares; encauzamiento del arroyo del Olivar, pavimentación de varias calles y plazas –Nicasio Méndez, carretera de Valencia, plaza de la Constitución,…– y el Ayuntamiento de Vallecas se propone construir una nueva red de abastecimiento de aguas que tendrá toma directa del Canal de Isabel II y la construcción del alcantarillado (La Libertad, 2-8-1927).

[La plaza de abastos, llamada Mercado de San Isidro, fue más conocida posteriormente como Plaza Vieja.]
Pasado casi un año, en una crónica periodística se describe Vallecas como un “pueblo abierto hoy a todas las actividades y urbanizado como merece (…) que cuenta con (…) 66.000 almas (…)”. La crónica se tituló “Formidable desenvolvimiento industrial y comercial del pueblo vecino–El florecimiento de Vallecas y la obra de su actual alcalde” (El Imparcial, 27-6-1928).

En la página de El Imparcial se publicita la tienda de tejidos de Adolfo Salvador (Carretera de Valencia nº 1, esquina Gral. Ampudia). D. Adolfo aparece con un dependiente en la foto del ángulo inferior. En el directorio de 1929 aparece como propietario de un comercio de “Tejidos, Mercería” en Alfonso XIII nº 1 (Ctra. Valencia) y de otro de “Sastrería” en Presilla nº 3 (Ramona de la Presilla, hoy Avda. Monte Igueldo).

[El edificio de la foto se conserva en la actualidad y, con el tiempo, se convirtió en Almacenes “Saigón”, una tienda de ropa. Era un lugar habitual de encuentro y se solía decir “¿Quedamos en Saigón?”.]
Unos días antes, el mismo periódico (El Imparcial, 21-6-1928) hablaba de la impresión positiva que produce la entrada a la barriada:
“Vallecas es uno de esos pueblos que tienen la virtud de impresionar gratamente a sus visitantes. Por el gran movimiento comercial de sus calles –muy especialmente en la Avda. Alfonso XIII, antes carretera de Valencia– por el carácter simpático, acogedor y hospitalario de sus habitantes: por la exhibición de sus lujosos establecimientos, (…); por la amplitud y buen trazado de sus paseos y arterias, siempre inundados de luz y alegría".
Unas líneas más abajo se trata de “escrutar el porqué de esta inmejorable impresión” y se atribuye al “progreso y refinamiento que caracterizan a todas las instituciones sociales del vecino pueblo madrileño”.
Sin embargo, “aquel pueblo tiene una doble personalidad (…). Vallecas propiamente dicho –residencia de la Casa Consistorial del pueblo, y uno más de los cuatro distritos de (…) aquel extensísimo Ayuntamiento–, (…) situado en una gran planicie, abierto a todos los horizontes, inundado de un sol cegador, con sus casitas blancas y bajas y su carretera polvorienta y serpenteante, (…) uno de tantos pueblos castellanos que viven una vida patriarcal (…) sobre una tierra fecunda que sus hijos cuidan con celoso esmero.
(El Puente de Vallecas, si se entra) desde Madrid, utilizando la multitud de medios de transporte existentes, (…) con un movimiento comercial imponente, con sus edificios magníficos y con todos los aspectos de la vida atendidos (…). Tiene, pues, Vallecas el encanto de podernos ofrecer campo y ciudad (…)”.
Refiriéndose al “desarrollo comercial e industrial” se considera al “popular” Puente de Vallecas el “centro, nervio y eje”, aunque “en las otras demarcaciones” no dejen de existir “manifestaciones muy apreciables de actividades mercantiles, (…) (pero) nada tiene que extrañar que en el Puente de Vallecas, principio y término de los mejores medios de comunicación modernos, exista un desarrollo (…) infinitamente mayor que en el resto de la jurisdicción municipal”.
El periódico inserta algunos anuncios de establecimientos comerciales, “que nos fueron confiados al saber que El Imparcial tendía una mirada cariñosa al noble y trabajador pueblo vallecano, digno por todos los conceptos de la más alta consideración”.
Y en una crónica laudatoria escrita en 1928 se dice:
“(…) para (…) ser alcalde cuatro años (…) se necesitan (…) (unas condiciones) especiales (…). Todas estas condiciones, (además de) simpatía personal, las reúne el vigente alcalde regidor de (…) Vallecas, D. Adolfo Salvador León, que lleva cerca de cuatro años en el ejercicio (…) a plena satisfacción.
Hombre entregado habitualmente a sus ocupaciones mercantiles (…), aceptó primero el cargo de concejal (…) y luego la designación de alcalde con la condición de que había de ser por breve tiempo.
(A él) se le debe (…) el mejoramiento moral y material (…) en estos últimos años (de) aquel pueblo abierto hoy a todas las actividades y urbanizado como merece (…) que cuenta con (…) 66.000 almas (…). La construcción del mercado de abastos, la de dos Grupos escolares, la del Matadero y otras importantes (…) son obras (con) el sello personalísimo de (…) D. Adolfo Salvador León, cuyo nombre se pronuncia con verdadero respeto en nuestro vecino pueblo.” (El Imparcial, 27-6-1928).
CALLE ADOLFO SALVADOR (PUERTO ARLABÁN)
Entre Semprún Pombo (Avda. San Diego)
y Vía Férrea M.Z.A.
En junio de 1928, con motivo de un homenaje de los vecinos de Entrevías a los protectores de la barriada –Sr. Ruiz de Velasco y Valentín Galarza– se publica en ABC una información sobre las mejoras operadas en el barrio y en el resto del Puente de Vallecas, asó como de los proyectos en ciernes, que van a precisar la emisión “de un empréstito de 1.300.000 pesetas” y otro “en la cantidad necesaria para construir la red de distribución del agua del Canal de Isabel II":
“Una de las más populosas barriadas del Puente de Vallecas, la del distrito de Entrevías, ha sido notablemente mejorada durante la gestión del alcalde, D. Adolfo Salvador, y del Ayuntamiento que preside. La calle de Nicasio Méndez, de más de dos kilómetros de larga, fue recientemente pavimentada, y con ello el acceso al distrito de Entrevías mejoró considerablemente. Ahora tratan los vecinos del Puente de Vallecas conseguir una justísima aspiración: la de lograr la comunicación con Madrid por medio de la urbanización del paseo de Yeseros, que acorta notablemente la distancia con la glorieta de Atocha, por la calle –recientemente pavimentada– de Méndez Álvaro. Todo el tránsito de la población de Vallecas se hace ahora por el Pacífico (…). Actualmente el paseo de los Yeseros se abre a través del campo, y en él se ha empezado a instalar el alumbrado eléctrico (…).
El Ayuntamiento de Vallecas precisa emitir un empréstito de 1.300.000 pesetas, con destino a pavimentación y alcantarillado, y otro en la cantidad necesaria para construir la red de distribución del agua del Canal de Isabel II, que en breve podrá ser utilizada. Con estas mejoras, la populosa barriada del Puente de Vallecas, que alberga a millares de personas de modesta posición, perteneciente a la clase obrera, habrá logrado ver resueltos sus problemas más importantes.” (ABC, 5-6-1928).
Aún así no dejan de oírse voces críticas, una de las cuales reproducimos aquí por su interés descriptivo, señalando la “falta de urbanización, limpieza, saneamiento e higiene (…). Así, (…) en este sector de la barriada (…) como en (…) las Erillas, (…) el sitio (…) comprendido entre el puente de Vallecas y el de los Tres Ojos, hace falta que (…) desaparezcan (…) aquellos aduares, cuyo estado lamentable resalta más aún por estar pegados a la cintura de la capital, que busca su expansión por aquel punto, (…) (y) que tenga todas las comodidades necesarias (…) el enorme censo de población que allí vive (…). Vallecas, como Cuatro Caminos, son los dos puntos hacia donde primero se inició la expansión de la ciudad, debido, sin duda alguna, a la facilidad de las comunicaciones, y por eso están llamados a tener (…) más importancia que lo que hoy tienen (…).
Volvamos, pues, nuestra vista a esta magnífica barriada, cuya bella perspectiva… (…) e internémonos por estos callejones, de los que justo es consignar que ha desaparecido ya la porquería que (…) hiriera nuestro olfato en la anterior visita.
En nuestro paseo hemos llegado al final de la calle que constituye el barrio de Molinuevo, y cuyos vecinos (…) esperan (…) ver mejoradas las condiciones del barrio (…); allí los hemos visto (…) teniendo que utilizar el agua de los pozos (…) porque la fuente que hay en el portazgo, sobre estar muy distante, apenas si llega a ella el agua del canalillo (…).
Esperemos que las gestiones que se están realizando (…) (con el Canal de Isabel II) lleguen a feliz término (…) y (…) también que el Ayuntamiento de la localidad desarrolle su plan de mejoras, libre de toda intromisión y con miras altruistas (…).
Insistamos, pues, una vez más (…) en que se resuelva cuanto antes el importante problema de las comunicaciones (…).” (La Voz, 8-12-1928).
De la información anterior, junto a la descripción del mal estado de la barriada —falta de urbanización y de agua corriente, limpieza, saneamiento e higiene— se indica una causa de la expansión de la ciudad por el Puente —facilidad de las comunicaciones— por lo que Vallecas estaba “llamada, junto a Cuatro Caminos, a tener una mayor importancia” y se reclaman las “comodidades que necesita su enorme censo de población”. Se la considera, sin embargo, una “magnífica barriada —cuya bella perspectiva (…)” de la que han desaparecido ya parte de las condiciones insalubres “percibidas en una visita anterior” y se confía que “el plan de mejoras sea una realidad –libre de toda intromisión y con miras altruistas—, permitiendo a los vecinos del Puente vivir más dignamente”.
Es justo subrayar que el artífice de esas mejoras es D. Adolfo Salvador León, alcalde de Vallecas en el periodo 1925-1929. El 25-2-1925, en La Libertad, se da la noticia de su designación:
“Por unanimidad ha sido designado alcalde del Puente de Vallecas el prestigioso industrial don Adolfo Salvador, y concejal D. Fernando Reco, joven que goza de muchas simpatías entre la población vallecana, y de cuyas felices iniciativas y actividad se esperan positivos beneficios para la importante barriada. Había el propósito de rendir a ambos señores un homenaje, pero ellos han declinado el honor.
[A continuación se citan a tenientes de alcalde de los distintos distritos del Puente: Centro, Norte y Sur]

En el año 1929 la Guía Descriptiva de Vallecas, a la que ya nos hemos referido, citando a Adolfo Salvador, afirma que “A él se deben las importantes obras siguientes”:
  • Una gran reforma en la Casa de Socorro del Puente, donde están las oficinas de ampliación del Ayuntamiento.
[“Atendiendo a las exigencias de la Villa y con la constante actuación del Municipio, el año 1927 se estableció una nueva Casa de Socorro en el edificio del Ayuntamiento, situado en la plaza de la Constitución, cuya dotación e instalación puede servir de modelo entre las de su clase”.]
  • La construcción de una hermosa plaza de Abastos, de doce pabellones en los que hay instalados 212 puestos.
["Siendo alcalde de La Villa de Vallecas D. Adolfo Salvador y León, se construyó esta plaza de abastos compuesta de 12 pabellones, con 212 puestos, situada en la actual Plaza Vieja".]



  • La construcción de tres grupos escolares en el barrio de Picazo y en las calles de Francisco Laguna y Nicolás Salmerón.
1929 Inauguración del Grupo Escolar Primo de Rivera (calle Francisco Laguna)
Fuente: Apuntes sobre la Historia de Puente de Vallecas, Vicente Martín Morales.
  • La construcción de un Matadero municipal, próximo a inaugurarse, y en el que se hará una gran instalación moderna.
Foto: Iglesia (julio de 1929). Guía Descriptiva de Vallecas, Federico Iglesia Traverso
  • La construcción de dos redes de alcantarillado, en las que se han invertido unas 200.000 pesetas.
  • La pavimentación de las aceras de la Avenida de Alfonso XIII, con un coste de más de 100.000 pesetas, así como el adoquinado y empedrado de diversas calles en el Puente y Villa.
Nicasio Méndez (actual Monte Igueldo), recién pavimentada.
Foto: Alfonso (1928)
  • El sostenimiento de 11 escuelas municipales, costeadas íntegramente con fondos del Municipio.
  • La creación y sostenimiento de una clínica de urgencia en la Villa (en el edificio del Ayuntamiento)
  • La reorganización de la Beneficencia municipal, la que está debidamente dotada con 18 médicos, cinco practicantes y dos profesoras en partos y numeroso personal subalterno, así como de un automóvil ambulancia, para el traslado de enfermos.
Y como proyectos, la instalación de un Laboratorio municipal de desinfección; la traída de aguas del Canal de Isabel II y la implantación de un edificio para la Comisaria de Vigilancia.

En enero de 1930, mes y medio antes de dejar Adolfo Salvador la Alcaldía, La Libertad publica una página con el título "Vallecas. Su pasado y su presente", donde se explica el aumento de la población vallecana desde principio de siglo, se subraya el "espíritu industrioso" de sus habitantes "desde su antigüedad" y cómo "los industriales y comerciantes" del distrito contribuyeron a su "desarrollo y engrandecimiento", con la colaboración del Ayuntamiento:

"(Vallecas) contaba allá por el año 1900 una población aproximada de diez mil habitantes, distribuidos en poco más de mil viviendas.
Su situación topográfica, la proximidad a la corte, la escasez y carestía de las viviendas en ésta, hizo que este término municipal tuviera un creciente y progresivo aumento en su capitalidad de tal importancia, que en el afio 1924 se registraba una población de cerca de treinta mil habitantes y unas cinco mil viviendas. Las causas que produjeron este creciente aumento han subsistido en igual relación, por lo que en la actualidad puede determinarse sin dar lugar a la exageración que Vallecas cuenta hoy en día con una población de más de sesenta mil almas y seis mil viviendas.
Este distrito puede considerarse como un pueblo industrial, pues desde su antigüedad está reconocido que sus habitantes han tenido un espíritu industrioso, raramente igualado por otra población de su capitalidad.
Como pueblo mercantil, Vallecas ocupa uno de los primeros lugares del extrarradio de la corte, pues en sus barrios existen comercios y almacenes de mucha importancia que surten gran parte de la urbe cortesana.
El referido aumento de población que en estos últimos años se ha desarrollado en este distrito, ha obligado a que los industriales y comerciantes procurasen la competencia con sus similares de la corte, ayudando y contribuyendo, por la baratura y calidad de los artículos, a disuadir al púbico de proveerse en la capital, contribuyendo por este hecho al mejor desarrollo y engrandecimiento de la patria chica.
El Ayuntamiento, por su parte, contribuyendo a este fln, ha procurado y procura ayudar al comercio, no gravándole más que con aquellos impuestos que son en absoluto indispensables para el desenvolvimiento de su régimen administrativo." (La Libertad, 9-1-1930).
Posteriormente, se incide en el quehacer del Ayuntamiento, y de su alcalde en particular, "para contribuir al mejoramiento de este distrito", trasladando al alcalde "algunas de las aspiraciones" de "numerosos vecinos", que sería conveniente realizar:
"Mucho ha hecho aquél para contribuir al mejoramiento de este distrito, y ya en diversas ocasiones nos hemos ocupado en estas mismas columnas de obras realizadas, de tanta importancia como son la gran reforma efectuada en la Casa de socorro, la construcción de una hermosa plaza de Abastos y de tres grupos escolares, la de un matadero municipal, las diferentes obras de alcantarillado y pavimentación de diversas calles, así como la reorganización de la Beneficencia municipal.
La sola enumeración de estas grandes obras, llevadas a cabo por la iniciativa y celo demostrado por el alcalde, D. Adolfo Salvador, es suficiente para demostrar lo fecundo de su gestión administrativa al frente de la Corporación municipal y su interés marcado por el engrandecimiento del distrito.
Teniendo esto en cuenta, no tenemos inconveniente en trasladar al referido señor alcalde algunas de las aspiraciones que de los numerosos vecinos de los barrios hemos recogido en nuestra reciente visita a los mismos.
Los de la calle de San Antonio [actual Quijada de Pandiellos] pretenden, con justicia, que ya que toda la calle, hasta esquina de la de Nicasio Méndez [hoy Monte Igueldo], está alcantarillada, se prolongue dicha obra hasta la de la Torrecilla [Marqués de la Torrecilla, actual P. Emilio Franco] , pues sólo representa el alcantarillado o entubación de unos 80 metros, y de un coste exiguo, y en cambio resultaría de un gran beneficio, pues desaparecería la suciedad que en este trozo de calle existe.
Es también indispensable la instalación en diferentes puntos del distrito de cierto número de evacuatorios públicos, por exigirlo así la higiene, cultura y ornato, así como el aumento de lámparas para el alumbrado público.
Otros dos puntos de grandísima importancia para el bienestar general son el inmediato arreglo y desaparición de los terraplenes existentes en la Presilla, obra ésta de tan indispensable realización, no solamente por ser de utilidad pública, sino de prevención de las desgracias que tan constantemente ocurren en el elemento infantil, y, por último, no descuidar, a fin de que lleguen a un hecho práctico, las gestiones anunciadas para el mayor alumbramiento de aguas y aumento de las fuentes públicas.
No dudamos que interesados, como lo están, tanto el alcalde como sus compañeros de Concejo en el bienestar del distrito, pondrán de su parte todo cuanto les sea posible (…)” (Ibídem)

El nuevo alcalde, Rogelio Folgueras Ruiz, fue nombrado en abril de 1930. Anteriormente, había sido alcalde en diferentes ocasiones, dejando el cargo en 1923. El Pueblo Gallego (24-4-1930) y La Libertad (27-4-1930), entre otros medios, publican la noticia de su nombramiento en diferentes términos. Mientras el Pueblo Gallego afirma que había renegado de sus diferentes ideales políticos:
“El nuevo alcalde de Puente de Vallecas, apellidado Folgueras, también ha tenido la virtud de no satisfacer al vecindario por tratarse de un individuo que perteneció al partido liberal romanonista, luego a la Unión Patriótica y ahora reniega de aquellos ideales políticos para mostrarse amigo de la situación”,
La Libertad informa de su renuncia a 7.000 ptas. de las 12.000 que le correspondían como emolumentos, y el diario no ve desagrado en el vecindario al recibir la noticia de su nombramiento, diciendo que “espera el pueblo que, por su gestión en el Municipio, se haga digno del aprecio y aplauso del vecindario”:
“Ha sido nombrado alcalde de este distrito Rogelio Folgueras Ruiz, el cual desempeñaba igual cargo en el tiempo que hemos dado en llamar del antiguo régimen y que cesó en la Alcaldía por disposición de la Dictadura el día 1 de Octubre de 1923 (…). Entonces la Alcaldía tenía consignados unos emolumentos de 3.000 pesetas y hoy disfrutará la respetable cifra de 12.000, aunque en la sesión pasada del Pleno él, corno concejal, propuso, y se aprobó, que esta consignación fuera sólo de 5.000 pesetas –dicho acuerdo no es legal y tiene derecho a las 12.000– (…). Con sorpresa recibió el vecindario la noticia de este nombramiento; pero no con desagrado, (pues) aunque en algunas ocasiones «ha arrimado el ascua a su sardina» (…) en el tiempo que desempeñó la Alcaldía no fué de los que descuidaron el acervo común; por eso ahora espera el pueblo que, por su gestión en el Municipio, se haga digno del aprecio y aplauso del vecindario”.
A continuación La Libertad informa de la situación económica del Ayuntamiento que se encuentra el Sr. Folgueras al ocupar su cargo:
"E1 Sr. Folgueras llega a la Alcaldía en una ocasión muy difícil para el desempeño de su misión, pues se encuentra con un empréstito en vigor de pesetas 1.750.000, ya casi agotado, por cuya cantidad tiene que pagar el Erario 4.167.200 en treinta años, de lo que sólo se ha abonado la primera anualidad (la segunda corresponde al actual ejercicio), o sean 138.907 pesetas, de las que corresponden 58.344 para amortización y 80.536 de intereses".
El día 2 de mayo el diario El Sol informa del primer pleno del Ayuntamiento correspondiente al primer cuatrimestre de 1930:
“En el Ayuntamiento de Vallecas se ha celebrado la primera sesión del Pleno correspondiente al primer cuatrimestre del ejercicio 1930. Por ausencia del Sr. Folgueras, justificada por la muerte de su hermano, preside la reunión D, Francisco Pedrero. El Sr. Ortiz (se congratula) por haber sido nombrado alcalde de Vallecas el Sr. Folgueras, nombramiento que ha sido un gran acierto.
(Se constituyen las Comisiones y en la de Régimen interior se incluye a D. Adolfo Salvador)
En el turno de ruegos y preguntas, el Sr. Serrano pide que se haga (…) el repeso del pan, porque es vergonzante que por un kilo den los panaderos 750 gramos (…). Dice también que (…) la Alcaldía se ocupe de (…) las concesiones hechas para las líneas (de tranvía) de Doña Carlota, Erillas, Portazgo y Vallecas, y agrega que él ha estado hablando personalmente con el director de la compañía de Tranvías, quien le ha dicho que está dispuesto a emprender las obras tan pronto se lo ordenen”.
A Rogelio Folgueras le sustituyó Jesús del Pino Saínz, que tomó posesión en enero de 1931:
“El día 23 del corriente, ha tomado posesión de la Alcaldía presidencia de este distrito D. Jesús del Pino Sainz, que desempeñaba el cargo de médico titular de la villa.” (La Libertad 24-1-1931).
El Heraldo de Madrid, en el mes de julio, recuerda al “ex alcalde de (la) población D. Adolfo Salvador, hombre caballeroso, inteligente y batallador, a quien debe Vallecas, en gran parte, el estado de progreso en que se encuentra”.
[El suelto se titula "Vallecas ante sus fiestas tradicionales" e informa de los actos que se celebran por la “clásica festividad del Carmen”: “Vallecas, sin alharacas ni chirridos de carreta vieja, va siguiendo paulatinamente el curso de su progreso (…), de su mejoramiento moral y material. Una vida industrial y comercial perfectamente definida es la principal característica de la vecina población” (Heraldo de Madrid, 9-7-1930).]

Adolfo Salvador falleció el 13 de febrero de 1968, a los 88 años de edad. Por la esquela que publicó ABC el día siguiente, sabemos que vivía en la calle de Alcalá nº 157, era viudo y tenía ocho hijos: Adolfo, Gloria, Laura, Antonio, Carlos, Elvira, Amelia y Carmen; dejó nietos y bisnietos. Otro hijo suyo, Bruno Salvador, fue asesinado “posiblemente por antagonismos comerciales” poco después de iniciada la guerra civil (Historia de la Pequeña Rusia, Francisco Fernández-García).

Fuente principal: Guía Descriptiva de Vallecas (Federico Iglesia Traverso, 1929)

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