Primeras iglesias de Vallecas (I): San Pedro Ad Víncula, Nª Sª de la Torre

SAN PEDRO AD VÍNCULA, la iglesia más antigua de Vallecas
“En 1565, según consta en documento notarial (Archivo Histórico de Protocolos-AHP; protocolo 403), se inicia la construcción del crucero de la nueva iglesia, cuyo primer proyecto se atribuye al arquitecto Juan de Herrera, según consta en documentos no originales depositados en el Archivo Municipal de Madrid. No hay datos que permitan asegurar que se efectuara el derribo total de la antigua iglesia para construir la nueva.
O sea, que sobre ella, tras su derribo o tal vez reforma, debió construirse la estructura del conjunto actual.
Como indican los documentos, su traza inicial se atribuye a Juan de Herrera, el gran arquitecto de Felipe II. La torre, de 1775, se atribuye a Ventura Rodríguez […].
La iglesia hoy día es el resultado de diferentes épocas y etapas constructivas: mudéjar, gótico, renacimiento, barroco, neoclasicismo” (artedemadrid.wordpress.com).
“Su evolución y sucesivas reformas o ampliaciones durante el periodo bajomedieval y la Edad Moderna fueron consecuencia del desarrollo económico y demográfico del alfoz madrileño, al abrigo de la capitalidad instaurada por Felipe II en 1561 y confirmada por Felipe III en 1606. La privilegiada situación de la villa de Vallecas en el camino de Madrid a Valencia le acercó de forma inmediata las novedades artísticas que se iban produciendo. En Vallecas trabajaron reconocidos artistas de la Corte, como los tracistas Pedro y Francisco de la Torre, el escultor Juan Sánchez Barba o los pintores Francisco Rizi [o Ricci] y Juan Vicente de Ribera, entre otros.” (Iglesia Parroquial de San Pedro ad Víncula: un recorrido histórico. Rosa Cardero Losada).

Aunque antes del año de 1427 “ya existía una iglesia”:
“Por la documentación conservada sabemos que en el año 1427 ya existía una iglesia, probablemente mudéjar de pequeñas dimensiones.
Visitación de la iglesia de Vallecas 1427. Fuente:Biblioteca Digital Hispánica (Manuscrito)
Visitación de la iglesia de Vallecas y del capellán y parroquianos de ella (1427). En 22 días de febrero del dicho año después que el dicho Martín Sánchez hubo visitado la iglesia de Vallecas y el arca del corpus Christi y otrosí los parroquianos y el capellán que sirve por el cura, luego tomó cuenta a Pascual García, mayordomo de la iglesia del dicho lugar, […]
Tiene una cruz de plata y dos cálices de plata y una sobrecopa con una cruz pequeña de plata, un incensario. Una casulla de seda, otra casulla vieja con una trena de oro, otra casulla de seda raída […], tres altares con sus sábanas y sus frontales.” (Transcripción: Libro de visitaciones y cuentas de las iglesias, ermitas y clérigos de Madrid y de su arciprestazgo, Wikisource).

Un siglo después, en 1547, se dice que era una iglesia de tres naves, con dos altares y un altar mayor.” (Iglesia Parroquial de San Pedro ad Víncula: un recorrido histórico, Rosa Cardero Losada).
En el siglo XVI el número de habitantes y la importancia de Vallecas son tales que “A mediados (de siglo) comienza a edificarse una nueva cabecera gótica (y) en 1565 se inicia la construcción del crucero de la iglesia (…). En este momento, en el que se está produciendo un importante desarrollo económico y demográfico, las primitivas iglesias mudéjares se habían quedado pequeñas y se inician nuevos edificios más capaces o se reforman y amplían, como así sucedió en Vallecas o en la cercana iglesia de Vicálvaro. La documentación nos informa que en 1565 se inicia la construcción del crucero de la iglesia.
A lo largo del siglo XVII y XVIII, el interior se va transformando en una iglesia barroca. Se construyen numerosas capillas a lo largo del cuerpo de naves y cabecera y se instalan nuevos retablos.” (Rosa Cardero Losada).

Entre 1591 y 1646 la población de Vallecas se mantiene “prácticamente estable” (en 1591 había 526 vecinos, que correspondería a unos 1.950 habitantes, aproximadamente los mismos que en 1646), aunque la documentación del AHP informa que en 1651, según nos dice Rosa Cardero, “la iglesia tiene por acabar la capilla mayor y mucha necesidad de que se acabe porque la gente del pueblo es mucha y en los días de fiesta no caben en lo restante de la iglesia”:
“Hacia 1650 parece que el recinto de la iglesia volvió a quedarse pequeño, de ahí que se efectuasen nuevas obras en la capilla mayor […]; un año más tarde […], un visitador eclesiástico […] dijo que era muy urgente acabarla, porque la gente no cabía en su interior los días de fiesta y que los fieles estaban muy incómodos; sin embargo no había dinero suficiente […]. Las obras se debieron terminar pronto, pues en 1679 se emprendieron otras nuevas (colocación de una cornisa sobre la puerta principal, división entre el coro y el órgano,…). En 1687 se revocó la llamada puerta del Sol [entrada principal], poniéndose una cornisa de ladrillo […], también se llevaron a cabo obras [para] crear capillas, [como] la ofrecida a Santa Catalina Mártir en 1683” (Vallecas, historia de un lugar de Madrid, Matilde Fernández Montes y otros autores, pág. 172).

“En 1669 se contrata la realización del retablo mayor (desaparecido en la Guerra Civil de 1936) con los maestros arquitectos Pedro y Francisco de la Torre, para concluirlo en dos años con uno más para su dorado y estofado y posterior asiento; las esculturas se encargan a los maestros Pedro Alonso de los Ríos y Juan Sánchez Barba. En 1670 se contrata la pintura con Francisco Rizi, quien ejecuta un gran lienzo representando La liberación de San Pedro por el ángel, único elemento que se conserva en la actualidad (AHP).
Las capillas se levantan a lo largo del XVII (lateral norte) y XVIII (lateral sur).
La fachada occidental, terminada antes de 1630 (…).
Se remata con un gran frontón mixtilíneo por sus características podría fecharse en el siglo XVIII.” (Rosa Cardero Losada).
En 1759 recibe el sacramento del Bautismo un niño que en el futuro sería tenido como héroe de la Guerra de la Independencia, según dice una placa colocada por el Ayuntamiento de Madrid en la fachada principal de la iglesia:
“En la Yglesia Parroquial del Sr. San Pedro Advincula de este lugar de Vallecas, a once días del mes de febrero del año de mil setecientos cincuenta y nueve: Yo, Don Miguel Rodríguez, Cura economo de dicha Iglesia, baptizé solemnemente a un niño que nació el día ocho de este presente mes y año de la fecha, hijo de Francisco Malasaña, natural de Mialet, en Francia, Obispado de Clarmont, y de Bernarda Pérez, natural de este de Vallecas, legítimamente casados, y vecinos de este lugar, púsele por nombre Juan de Mata, fué su padrino Antonio Sasatra. Vecino de este dicho lugar, avisele el parentesco espiritual y más obligaciones y lo firmé. Dn. Miguel Rodríguez”.
Vallecas tenía una nutrida colonia de franceses que se dedicaban sobre todo a fabricar el buen pan que se comía por entonces en Madrid. Sus padres fueron panaderos.
Juan de Malasaña (Jean Malasagne) nació y vivió su juventud en Vallecas, pero lo que no corresponde a la realidad es que fuera héroe del 2 de mayo de 1808:
“Relata Fernández de los Ríos en su Guía de Madrid, que el chispero Juan Manuel Malasaña defendió, desde su casa de la calle de San Andrés, las puertas del Parque de Artillería a tiro limpio, ayudado por su mujer, María Oñoro, y su hija Manuela, de dieciséis años, muerta en el momento de dar cartuchos a su padre, quien, con el cadáver de su hija delante, continuó haciendo fuego hasta consumir el último grano de pólvora.
Pero el erudito Carlos Cambronero ha realizado investigaciones que demuestran la inexactitud de la versión de Fernández de los Ríos. En efecto, Cambronero encontró la certificación del fallecimiento de Manuela Malasaña, que dice: ‘Manuela Malasaña, soltera, de edad de quince años, hija legítima de Juan, difunto, y de María Oñoro, parroquiana de esta Iglesia, calle de San Andrés, num. 18, murió el dos de mayo de 1808, se enterró de misericordia. Concuerda con su original a que me remito. San Martín, de Madrid y mayo 12 de 1815. Fray Bernardo Seco’.
Por tanto, cuando murió Manuela el 2 de mayo, su padre ya había muerto” (Doña Manuela Malasaña, I.E.S Manuela Malasaña de Móstoles).
[Y en junio de 1961 la Hoja del Lunes publica una información referida a un trabajo de investigación realizado en 1951 por Josefina García Aráez sobre Manuela Malasaña, donde se afirma que “en la iglesia parroquial de San Martín de Madrid, y el 11 de marzo de 1791, fué bautizada Manuela, hija legítima de Juan Malasaña, natural de Vallecas, y de María Doñoro, natural de Santorcaz”. Así, Manuela falleció “al mes de cumplir los 17 años” (Hoja del Lunes, 19-6-1961).]

Entre 1845 y 1850 Pascual Madoz publica el Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Refiriéndose a Vallecas (Tomo XV, 1849. p. 599), la sitúa “en un valle profundo, formado por pequeñas vertientes (…). Tiene 250 casas de mediana construcción, distribuidas en varias calles y plazas; casa de ayunt. que á la par sirve de cárcel; un hospital, San Ignacio, con su capilla; escuela de primeras letras para niños […], otra de niñas […]; una fuente con 4 caños (…), y una igl. parr. (San Pedro Advíncula) […]; una ermita (Ntra. Sra. de la Torre), que fue parr. y otras 6 públicas, propias del pueblo (…).
Y en 1888 Andrés Marín Pérez, en Guía de Madrid y su provincia, afirma que Vallecas “Cuenta actualmente 800 casas, en su mayoría antiguas, de un solo piso y escasas comodidades…"
Posteriormente, cita el templo de San Pedro ad Víncula:
“Para tributar el homenaje debido á su Criador, tiene una iglesia parroquial bajo la advocación de San Pedro Advíncula. Este templo fué construido en el siglo XVII [XVI-XVII] por el estilo del Renacimiento y reúne brillantes condiciones exteriores é interiores.
(Además del altar mayor,) tiene otros 15, titulados de la Concepción, del Rosario, de San José, San Francisco, de la Soledad, del Cristo de la Salud, de Santa Catalina, del Carmen, de las Mercedes, de la Candelaria, de Nuestra Señora de Trepana, de San Gregorio el Magno, de San Antonio, de San Isidro y el Cristo de la Agonía.
Llama la atención de los amantes del arte el cuadro de Santa Catalina que representa su martirio [...].
Existe además un relicario con 200 reliquias de otros tantos santos que se venera con entusiasmo y se tiene en grande estimación".
Más abajo, Andrés Marín Pérez se refiere al párroco, “respetado y querido” por los fieles:
“Al frente de esta parroquia se halla hoy un inteligente y virtuoso prelado, justamente respetado y querido de sus numerosos fieles, por haber cortado algunas inmoralidades añejas con la mayor generosidad casando, bautizando y enterrando gratis á los que carecían de intereses, y hasta haciendo varias limosnas entre los enfermos necesitados".
El retablo del Altar Mayor está presidido por el cuadro La Liberación de San Pedro, pintado en 1669 por el pintor madrileño Francisco Rizi de Guevara (1608-1685). Situado al lado del Altar Mayor, se encuentra el camarín barroco de la Virgen del Rosario, que data del siglo XVII (madrida360.es); es “una joya de espacio ornamental y de recuperación artística” y se considera “la aportación más original de la arquitectura española al barroco europeo” (conocemadrid.blogspot.com).
ERMITA DE LA VIRGEN DE LA TORRE
“Está documentada la existencia de un lugar medieval, anterior a Vallecas, localizado donde hoy se encuentra la ermita de la Virgen de la Torre y del que se conocen varias denominaciones: la Torre, la Torre del Campo (citada por primera vez en 1205), y Torre del Pedroso […]. En el siglo XVIII se cita como Torrepedrosa o la Torre del Campo, según sea nombrado por Vallecas o por Vicálvaro […] y, finalmente en el XIX, Torrepedrosa del Campo (Madoz, 1849: 549)” (Vallecas, historia de un lugar de Madrid, Matilde Fernández Montes y otros autores, pág 83).
“[El lugar de Torrepedrosa del Campo es] mencionado en 1413, momento en que ya aparece citado como una de las aldeas de Madrid (Duque y Bartolomé, 1987: 50). Pero será precisamente en este siglo cuando el proceso de despobla-ción comienza a dar sus primeros síntomas.” (Ibídem).
Según la documentación, La Torre “hacia 1500-1510 fue despoblada. No consta como despoblado en el libro becerro de diezmos de Toledo de finales del siglo XV mientras que las RRTT (Relaciones Topográficas de Felipe II, por M. Terrase) la ponen en relación con Rivas y le atribuyen la existencia de cuatro vecinos y una iglesia. A lo largo del siglo XVI, si no una desaparición total de la población, sí se puede hablar de desarticulación de su poblamiento. Vallecas, de cuya iglesia era aneja La Torre del Pedroso, como también se la conocía, usó esta iglesia como ermita. En 1530 tenía ocho vecinos.” (Madrid en la Edad Media análisis de una comunidad urbana y su entorno rural en sus relaciones con el hecho religioso, Ángela Muñoz Fernández).
De la existencia, ya en 1427, de una iglesia (“de la Torre”) en el lugar, “anejada a la iglesia de Vallecas”, deja constancia el acta de la Visitación de la iglesia de la Torre, hecha después de la Visitación de la iglesia de Vallecas de ese mismo año:
Visitación de la iglesia de la Torre 1427. Fuente:Biblioteca Digital Hispánica (Manuscrito)
Visitación de la iglesia de la Torre y parroquianos de ella. Y después de hecha la visitación de la dicha iglesia de Vallecas, según dicho es, y se contiene de supra, otro día el dicho Martín Sánchez fue a la Torre, degana y anejo a la dicha iglesia de Vallecas y hecho ende todo su acto de la visitación luego tomó cuenta a Diego García, mayordomo de la iglesia del dicho lugar […].
Esta iglesia es anejada a la dicha iglesia de Vallecas. Tiene una cruz de plata larga, dos cálices de plata. Tiene más un mixto, un manual, un bautisterio, otro misal viejo, dos salterios viejos, dos dominicales, dos santorales viejos, dos casullas de seda, una capa de seda, un vestimento blanco con su aparejo. Tiene el cura hasta una yunta de tierras de pan”. (Transcripción: Libro de visitaciones y cuentas de las iglesias, ermitas y clérigos de Madrid y de su arciprestazgo, Wikisource)

En 1782 (Relaciones de Lorenzana), sobre Vallecas se dice: “Historia: se ignora el principio de su fundación; En este valle hubo unas casas y con motivo de despoblarse el lugar que llamaron Torrepedrosa, varios vecinos vinieron a poblarla, quedando allí sola la iglesia, que hoy es ermita, agregada a esta parroquia, con advocación de nuestra Señora de la Torre. Distante media legua (informa el cura don José Antonio Malueros. El 13 de agosto de 1780)” (Vallecas, historia de un lugar de Madrid, Matilde Fernández Montes y otros autores, pág 85).

“Según una leyenda totalmente extendida entre los vecinos, un pastor o labrador, al refugiarse de una tormenta en una cueva del cerro Almodóvar, encontró allí escondida la escultura de una Virgen, a la que se denominó de la Torre por estar junto al despoblado de Torrepedrosa o la Torre del Campo que mencionamos más arriba y que se considera el núcleo más primitivo del territorio. Como el lugar donde había aparecido se encontraba entre Vicálvaro y Vallecas, ambos se la disputaban y para dirimir a cuál de ellos pertenecería acordaron hacer una hoguera (en la linde entre ambos pueblos, en lo alto del cerro o en la plaza de Vallecas, según las diferentes versiones que he podido escuchar). El lugar al que se dirigiera el humo perdería la Virgen y éste se fue hacía Vicálvaro, por lo que desde entonces a sus habitantes se les denomina los ahumaos”. (Vallecas, identidades compartidas, identidades enfrentadas: La ciudad, el pueblo y el campo, el suburbio y el barrio, Matilde Fernández Montes).

“Con el tiempo, aquel sitio [Torrepedrosa] fue despoblándose hasta quedar pocos vecinos, según informan las Relaciones Geográficas de España ordenadas por Felipe II. Hoy ya totalmente deshabitado. Fue entonces cuando aquel templo quedó anexionado a la Parroquia de S. Pedro ad-vincula de la villa de Vallecas , que anteriormente ya estaba atendido por los sacerdotes de la misma, según consta en los libros del archivo Parroquial.
Con este motivo aquel edificio se constituyó en Ermita cuya imagen de la Vir-gen empezó a ser venerada de una manera especial por las gentes de la villa de Vallecas, que hacían frecuentes Romerías para visitarla y rendirle culto. Posteriormente fue creciendo el interés por el lugar, hasta celebrarse allí grandes festejos religiosos y populares en su hermosa pradera que ocasionarían la gran Romería que se sigue celebrando para traer o llevar la imagen de la Virgen en los meses de Mayo y Septiembre respectivamente y nombrarla Patrona de la villa de Vallecas. Tenemos que decir que la Patrona de esta villa, anteriormente fue la Santísima Virgen del Rosario y que por motivos del interés sobre la otra imagen pasaría a ser esta la Copatrona” (Luis Villalvilla, párroco)
En la ya citada Guía de Madrid y su provincia (Andrés Marín Pérez, 1888) se da cuenta de cuatro ermitas en el término de Vallecas, una de ellas Nuestra Señora de las Torres (de la Torre), con “6 altares de estilo plateresco”:
"Cuatro ermitas hay en su término que merecen una ligera descripción á pesar del descuido en que se tienen. A una legua del pueblo, en el camino de Arganda, se levanta la de Nuestra Señora de las Torres [sic], que tiene 6 altares de estilo plateresco y merece, tanto por su solidez, como por su capacidad y preciosa decoración, los honores de iglesia. Hállase encargada de la limpieza y cuidado de este edificio una ermitaña ó santera, como dicen los naturales.
En los arrabales del pueblo se encuentra la del Santo Cristo, recientemente restaurada, la de San Antón y la del Santísimo Cristo del Sepulcro, que tienen menos importancia por estar mal conservadas y pobremente construidas. Perfectamente organizadas existen las hermandades llamadas de las Animas, del Señor y del Santísimo Cristo de la Salud, á las que corresponden 100 hermanos ó cofrades”.
[Entre las ermitas no se cita la de N.ª S.ª del Carmen, ya existente desde 1880 en la calle Presilla 4, en el barrio de Nueva Numancia.]
La ermita se encuentra al este de Vallecas. El camino desde la iglesia de San Pedro Ad Víncula, de "una legua" (4'8 km.), puede realizarse a pie en poco más de una hora
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Comentarios

  1. Muy interesante tu trabajo, José Luis. Rigor, imparcialidad y objetividad no faltan. Por lo que leo... ¿qué difícil es saber la realidad histórica? Dónde dije digo, digo Diego...

    ¡Ánimo! Los vallecanos te agradecemos mucho tu gran labor investigadora sobre nuestro querido barrio.

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