El origen del nombre de Vallecas


En cuanto a la etimología de Vallecas, existen varias teorías –meras hipótesis, con más o menos fundamento– como las de Vallis Egas, Valle pequeño, Valle del (moro) Kas, Balluecas, Ballūt (Bellotas), Áreas (zonas) de Valle (cfr. Vallecas. Historia de un lugar de Madrid, en el epígrafe Etimología de Vallecas de Matilde Fernández Montes, p. 63-67), tres de las cuales se han difundido con mayor éxito: Vallis Egas, Valle del Kas y Zonas de valle.

ZONAS DE VALLE es la hipótesis que nos parece más plausible.
Federico Corriente Córdoba, prestigioso arabista y académico de la Real Academia Española, es el autor de la hipótesis que identifica Vallecas con Zonas de valle. Reproducimos a continuación el texto que don Federico tuvo la amabilidad de enviar al autor de este blog el 21 de septiembre de 2018, en el que muestra resumidamente el fundamento de su aserto:
"En cuanto a la etimología de Vallecas, todos sabemos que las hipótesis valen poco sin documentación histórica diacrónica, a falta de la cual no tenemos otra metodología que la fonética histórica y la observación topográfica que puede o no apoyar determinadas posibilidades. En este caso, tratándose de una zona como Madrid, parte de la taifa toledana, en que se habló romance andalusí hasta el siglo XII, no es descabellado pensar que se aplicó el sufijo atributivo {+ÁYKO/A} al reflejo hispánico central del latín vallis, o sea, BÁLL, en plural femenino, o sea *BALLÁYKAS "zonas de valle", posteriormente castellanizado como Vallecas. Claro que, si alguien demostrara que hubo un señor llamado *KÁS, como el Casius que dio origen a los Banu Qasi de Aragón, el caso sería distinto, pero de momento no me consta, y la topografía no desmiente la primera hipótesis".

Teorías con menos fundamento son Vallis Egas (Egas sería un propietario de una alquería de la zona) y Valle de Kas, fruto de una leyenda que, sin embargo, todavía muchos siguen difundiendo.

VALLIS EGAS:
La hipótesis se debe a Juan Antonio Pellicer, que escribe en 1803: “Vallecas, situado en un valle, parece se deriva de Vallis Egas, esto es Valle de Egas, y de ahí Vallecas; porque la conversión de la g en c es común, y algún Egas, nombre también común en aquel tiempo, sería dueño del valle, donde tendría su casa de labor o alquería, y este solía ser el principio u origen de las villas y lugares, como la alquería del moro Serafi lo fue de Xetafe, y la quinta de un tal Albaro, llamado en latín Vicus Albari, de Vicalbaro.” (Disertación histórico-geográfica sobre el origen, nombre y población de Madrid: Así en tiempo de moros como de cristianos. Juan Antonio Pellicer, Madrid 1803, p. 79).
[En diversos lugares se atribuye erróneamente la teoría a Fernández de los Ríos, quien afirma que el Camino de Valencia (de Atocha a Vallecas) “conduce a Vallecas, Vallis Egas, nombre del que en el valle era dueño de una alquería. (El Camino de Valencia) se convierte en carretera general de Valencia al salir del recinto” (págs. 136 y 137 de Guía de Madrid. Manual del madrileño y del forastero, 1876). Y Juan Ortega Rubio, por ejemplo, en su libro Historia de Madrid y pueblos de su provincia (1921) afirma que “Fernández de los Ríos en su Guía de Madrid dice que Vallecas proviene de Vallis Egas, valle de Egas, añadiendo que Egas era el nombre del dueño de una alquería”.
Seguramente que Ángel Fernández de los Ríos Peña, escritor e historiador de la Generación del 68, nacido en Madrid en 1821 y fallecido en París en 1880, tomaría la teoría de Vallis Egas de Juan A. Pellicer (1738-1806), publicada en 1803.
En algún texto (Etimología de Vallecas, de Matilde Fernández Montes. Vallecas. Historia de un lugar de Madrid, p. 64. Año 2001) se considera autor de la hipótesis a Casto María del Ruero (sic), confundiéndole tal vez con Casto María del Rivero, autor de la obra Madrid y su comarca (1949), muy posterior al libro publicado por Juan Pellicer (1803)]

VALLE-KAS :
Andrés Marín Pérez, en Guía de Madrid y su provincia (1888), escribe:
“Allá por los tiempos de la Reconquista tomó por la fuerza un intrépido árabe, llamado Kas, el hermoso valle que había donde hoy se halla este pueblo (Vallecas), en el cual edificó una casa que todavía subsiste, mal reedificada, con el nombre de Pajeros, varias chozas para vivienda de los pastores y algunos rediles para sus considerables ganados.
Al arrojar los cristianos á los árabes de Castilla, hubo de abandonar el guerrillero Kas sus tierras conquistadas y sus varias construcciones, dirigiéndose con toda su gente al reino de Granada, que fue el último refugio de la morisma.
Apenas había salido Kas de Castilla, cuando ya se posesionaron de su valle, de su casa y de sus chozas, varios vecinos de un pueblecillo que había á unos 5 kilómetros, denominado Torrepedrosa por la torre de piedra que en él habían edificado los árabes.
Estos nuevos pobladores, siguiendo la costumbre de los pueblos invasores, trataron de poner nombre á las viviendas en que acababan de fijar su residencia, y como éstas estaban edificadas sobre el indicado valle, ningún nombre cuadraba tan bien como Valle-Kas.
Por mucho tiempo se llamó de esta manera, hasta que los ortógrafos dieron al traste con su origen, fundándose en que era poco decoroso escribir Kas con K teniendo la C española, que tiene el mismo sonido cuando precede á la a.
Por igual capricho se hizo desaparecer el guión y se comenzó á escribir juntos los dos componentes”.
Esta es la primera referencia literaria que hemos encontrado del moro Kas, que según su autor dio origen al nombre de Vallecas.
Posteriormente, en 1921, Juan Ortega Rubio, en Historia de Madrid y pueblos de su provincia (1921), se hace eco de la historia contada por Andrés Marín y escribe:
“Acerca del nombre de Vallecas (…) que, según la tradición, rico moro se apoderó del valle donde al presente se levanta la villa, edificando la casa que todavía subsiste, aunque mal reedificada, varias chozas para vivienda de los pastores y algunos rediles para los ganados”. Y continúa remedando la historia ya contada más de treinta años antes.
Tal vez sea esta la segunda vez que se pone por escrito la leyenda del moro Kas, que supuestamente dio nombre al valle donde se cree que vivió.
Unos años más tarde, Federico Iglesia Traverso escribe Guía descriptiva de Vallecas 1929, en cuyas primeras páginas repite casi al pie de la letra el relato de Andrés Martín, indicando el nombre que en 1929 tenía la calle donde estaba la casa del moro Kas, “que todavía” subsistía en 1888:
“Según la tradición, en tiempos de la Reconquista (1492), un árabe llamado Kas, se hizo dueño del hermoso valle que existía donde hoy se halla esta Villa y allí edifico una casa, en la llamada calle de Pajeros (hoy Biencinto), varias chozas para vivienda de los pastores y diversos rediles para sus considerables ganados (…)”.
[La calle Biencinto estaba en Vallecas Villa, entre las calles Pinto (así llamada por conducir a dicha localidad) y Real de Madrid (Guía descriptiva de Vallecas 1929). La calle Pinto es hoy Sierra de Palomeras y Biencinto es la actual Sierra Morena.]
La leyenda del moro Kas se vuelve a recoger en épocas posteriores. Solo un año después de la publicación de la Guía Descriptiva, el diario La Libertad en un artículo titulado Vallecas, su pasado y su presente (9-1-1930) comienza diciendo que “El Valle del Kas, así conocido este distrito en su antigüedad, contaba allá por el año 1900 una población aproximada de diez mil habitantes, distribuidos en poco más de mil viviendas…”. Muchos años más tarde la tradición sigue viva y en 1988 la cita [Colorado y Castellano].
Según Alfredo Mingorance (Tesis Sociedad y empleo en Vallecas, 1993), los visigodos parece ser que formaron el poblado de Torrepedrosa. Los árabes también se instalaron en Vallecas, estratégicamente situada en el camino hacia Valencia, en un lugar denominado Pajeros, hoy calle Biencinto. Al parecer el propio nombre del barrio procede de un noble árabe llamado Kas, que se situó junto a sus siervos en la zona del Cerro de Almodóvar, bautizado como el Redondo, y que llegó a dominar todo el valle.
Con el transcurrir de los años se empieza a conocer con el nombre de “VaIIis-Ekas” o Valle del Cas. Y, por posteriores transformaciones y evoluciones del castellano, Vallecas.
En la Etimología de Vallecas (Matilde Fernández) se dice (p. 65) que la etimología (Valle-Kas), que descubre la autora en la obra de Colorado y Castellano (1988 p.30), “ha sido aceptada por las clases populares no especialistas basándose en la consonancia y parecido de las palabras y no en un verdadero estudio sobre sus orígenes –cosa que por cierto tampoco se ha hecho en (otros) casos. (Esta) etimología popular ha obtenido una total aceptación y difusión (…), aunque científicamente no hay manera de defender(la)”.

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