Antiguos pobladores de Vallecas


En cuanto a la población de lo que hoy es Vallecas (Villa y Puente), hay vestigios de vida humana de tiempos muy remotos en las proximidades. Se han encontrado yacimientos prehistóricos del Paleolítico en las cercanías del Cerro Almodóvar; restos arqueológicos del Paleolítico Superior y de la II Edad de Hierro en el valle del arroyo de la Gavia y el Cerro de la Gavia, respectivamente; así como yacimientos de la primera edad de hierro en Los Llanos, junto al Cerro de San Antonio, y del periodo calcolítico en la Loma de Chiclana, en el Puente de Vallecas. De una época posterior es un asentamiento romano, localizado en Torrepedrosa, enclave donde se sitúa actualmente la Ermita de la Virgen de la Torre.

(1) Cerro Almodóvar, (2) Loma de Chiclana, (3) Cerro de la Gavia, (4) Los Llanos, (5) Torrepedrosa
(Google Maps)

El yacimiento del Cerro Almodóvar “se trata de un riquísimo yacimiento de utensilios de sílex tallados por aquellos de nuestros antecesores que, hace unos 30.000 años, vivieron sobre estas laderas henchidas de testimonios del paso del hombre por estos predios, hasta hace poco destinados al cultivo (…). Un grupo de arqueólogos, dirigido por Iván Manzano (…), obtuvo el codiciado ajuar procedente de un enorme yacimiento del mineral pétreo allí existente.” (Rafael Fraguas. El País, 13 Octubre 2008).

El Cerro Almodóvar, de 727 m. de altura (Google Maps)
Y, según escribe José Molina Blázquez en Yacimientos arqueológicos en Vallecas, “En las canteras de Vallecas situadas en las cercanías del Cerro Almodóvar (…) se han encontrado restos de animales domésticos y de utensilios de los primeros habitantes de Vallecas (…). Junto a estos animales, del Paleolítico Superior, se dieron formas de vida humana, asentamientos de pequeños poblados de hombres y mujeres que utilizaban el sílex, tenían rudimentos de la fabricación de herramientas, disponían de algunos animales domésticos y comenzaron a poner adornos a la cerámica doméstica”.

Más al sur, en el valle del Manzanares, dentro del término de Vallecas, se encontraron restos arqueológicos del Paleolítico Superior y de la II Edad de Hierro:
En las primeras prospecciones arqueológicas, realizadas en la década de los años 20 del pasado siglo se localizaron diferentes materiales líticos del Paleolítico Superior en el valle del arroyo de La Gavia. En el transcurso de estos primeros trabajos se descubrieron en la cima del Cerro de La Gavia los restos de unas estructuras defensivas a las que estaban asociadas una serie de materiales cerámicos atribuidos a la II Edad del Hierro (El Cerro de la Gavia. Un poblado de la II Edad del Hierro en Villa de Vallecas, Jorge Morín de Pablos y otros; Una necrópolis tardoantigua del Cerro de La Gavia, E. Agustí García y otros)

Cerro de la Gavia (1), entre las vías del ferrocarril (La M-45 en la parte superior y el río Manzanares a la derecha de la imagen (Google Maps)
“La excavación en el yacimiento del Cerro de La Gavia se desarrolló sobre tres sectores. El primero (…) está situado sobre una pequeña loma del Cerro de San Antonio, a una cierta distancia del curso del Manzanares y separado del Cerro de la Gavia por el curso de dos arroyos y una pequeña loma (…), se han podido localizar en el transcurso de los trabajos arqueológicos las cimentaciones y alzados de al menos seis edificaciones construidas con piedras sin desbastar (…).
Cerro de la Gavia (1) y los Llanos (2), junto al Cerro de San Antonio. (Google Maps)
Destaca, por su importancia, el yacimiento de la II Edad del Hierro del Cerro de La Gavia. Las excavaciones con una extensión de 4.000 m2 han permitido distinguir cuatro fases de ocupación diferentes: Paleolítico, II Edad del Hierro, tardoantigüedad y guerra civil española. La fase de ocupación más importante corresponde a un poblado de la II Edad del Hierro con tres momentos constructivos diferenciados y una presencia humana en el lugar atestiguada desde el s. IV a. C. hasta el I d. C. La fase tardoantigua (siglos III al VIII) corresponde a una necrópolis infantil de ocho tumbas con orientación Norte-Sur (…).
La ubicación de este enclave arqueológico en un punto privilegiado obedece, sin duda, a aspectos de tipo defensivo y de control del territorio, aunque no son menos importantes otros factores, tales como la accesibilidad a los recursos hídricos, el aprovechamiento de la vega del río Manzanares, la existencia de tierras cultivables en el entorno y la explotación del bosque para la caza, la recolección, etc. (...).
Respecto a la cronología, podemos lograr una aproximación a la misma gracias al estudio del escaso material cerámico, que permiten situarla en torno a los siglos III-II a. C.” (El Cerro de la Gavia. Un poblado de la II Edad del Hierro en Villa de Vallecas).
Abarcando la II Edad del Hierro el periodo 400–100 a.C., tales hallazgos confirmarían que, en lo que hoy es término de Vallecas, hubo una población carpetana, nombre con el que se designa a los pobladores de la zona central de la Península que encontraron los romanos a su llegada.

Además de los yacimientos anteriores se ha trabajado en otros puntos de Vallecas donde se han encontrado también restos arqueológicos, como el yacimiento de la primera edad de hierro en el Cerro de San Antonio, y otro del periodo calcolítico en la Loma de Chiclana en el Puente de Vallecas.
“El primero, denominado San Antonio del Cerro (topónimo de Los Llanos) [a unos 600 m. de altura s.n.m], está situado detrás de MercaMadrid, en terrenos agrícolas que ocupan la planicie interior de un cerro enclavado en la margen izquierda del Río Manzanares. Las últimas excavaciones conocidas datan de 1985 y el informe de 1991.” (José Molina Blázquez).
“Tanto el tipo de asentamiento como muy especialmente los materiales cerámicos, nos remiten (…) cronológicamente a finales del siglo VIII-inicios del siglo VI, (…) dentro de lo que, a nivel europeo, denominamos Primera Edad del Hierro.” (Excavaciones en el poblado de la Primera Edad del Hierro del Cerro de San Antonio. Concepción Blasco y otros, UAM).
Otro punto de interés es La Loma de Chiclana, cuya cima se encontraba en la actual Avda. de Buenos Aires, cerca de su confluencia con la calle Arroyo del Olivar, a unos 300 m. de la Avda. de la Albufera, y tenía una altura de unos 670 m. sobre el nivel del mar.

La loma poseía una amplia visión hacia el suroeste, sobre los valles del arroyo Abroñigal y el río Manzanares, de los que le diferenciaban 80 m. de altura.
En 1969 Juan Pedro Garrido Roiz, arqueólogo y museólogo (Madrid, 7.VII.1935 - 3.IX.2012), al inspeccionarse una obra de construcción de un edificio en la parte sur de la loma, descubrió un yacimiento situado en ese lugar (…).
En una segunda excavación de urgencia, realizada en 1987, “el aspecto que presentaba la loma (…) era una elevación totalmente plana de dos a tres metros con respecto al nivel de la calle y de los edificios (…), por lo que la forma de loma había desaparecido por completo (…); el yacimiento podría tener una extensión mínima de 5.000 m2, de los que sólo se han excavado entre las dos campañas unos 241, un 4’8 % del total.
[“En esta excavación se han encontrado un poblado de cabañas, cerámicas, molinos de cereales, armas de sílex, restos de animales domésticos, restos de caza, adobes, buriles, raspadores, raederas, adornos de hueso.” (José Molina Blázquez)]
Otra característica a resaltar del poblado de La Loma de Chiclana sería su poca intención de defensa, ya que, aunque se sitúa en una loma, no es fácilmente defendible ni representa el punto más alto de la zona.” (El poblado calcolítico de la Loma de Chiclana. Vallecas, Madrid… Margarita Díaz Andreu, Corina Liesau y Ana Castaño).
El estudio de las arqueólogas establece la siguiente conclusión:
“La Loma de Chiclana parece haber sido un poblado calcolítico, no permanente, con una economía doméstica de ganado vacuno y de ovicaprinos, cuyas gentes no desconocían la agricultura o por lo menos la recolección de las plantas, y que en diversos momentos se asentaron en este lugar, estableciendo cabañas semi-excavadas en la tierra asociadas a estructuras del mismo tipo, aunque de menor tamaño, con funciones diferentes: taller, basurero, silo, etc”.
[Ubicado entre el Neolítico y la Edad de Bronce, el Calcolítico –Edad del Cobre o Eneolítico– se identifica sobre todo con el inicio del uso de los metales, particularmente el cobre. Aunque, según Ana Mª Vázquez Hoys, profesora de Historia Antigua de la UNED, “lo que [más caracteriza] a esta era es la mayor movilidad humana, generada sin duda por la introducción del caballo doméstico”. La autora divide el Calcolítico en tres fases: Antiguo (-3500 a -3000), Medio (-3000 a -2500) y Reciente (-2500 a -1800/-1700), aunque “en la Península Ibérica el uso del cobre se generaliza hace 4 000 años.”]

Muy posteriormente, en un lugar situado al este del Cerro Almodóvar –Torrepedrosa–, a 4 km. del casco antiguo de Vallecas y unos 3 km. del de Vicálvaro, hubo un “asentamiento romano ex novo (…), [cuyos] primeros pobladores lo construyeron de la nada, y su cronología va desde la dinastía julio-claudia (siglo I) llegando hasta un momento indeterminado del siglo III, posiblemente en época del emperador Diocleciano (…), [aunque] el lugar quedó totalmente cubierto en un par de siglos.” (De aldea romana a despoblado medieval. Ermita de la Virgen de la Torre, Torrepedrosa (Vicálvaro). Alexandra Uscatescu, Universidad Complutense de Madrid).
[La autora del estudio anterior dirigió unos trabajos arqueológicos entre 2007 y 2010, “sacando a la luz unas tres hectáreas de un poblado en el paraje conocido como La Torre, [donde existen] restos de un (…) asentamiento antiguo (…) [situado] en un llano, a los pies del cerro Almodóvar, entre el cerro de los Castillejos y el arroyo de los Migueles. Los restos (…) corresponden a construcciones que se jalonan desde época romana a la plena Edad Media, justo en las inmediaciones del único edificio en pie, la ermita de Nuestra Señora la Virgen de La Torre (siglos XVII-XVIII), la Torrepedrosa de las fuentes modernas (…).
Lo que resulta indudable es que este emplazamiento comienza a ser conocido con el topónimo de La Torre, datándose el documento más antiguo en 1205 (Turre del Campo), [que] ubica el lugar dentro de la heredad de Carrantona –ésta incluía el casco histórico de Vallecas, alcanzando el arroyo Abroñigal, el Manzanares y el nacimiento del arroyo de los Migueles por su extremo occidental–.
A inicios del siglo XX, el único edificio que continuaba en pie era la ermita de Nuestra Señora la Virgen de la Torre, que se salvó de la destrucción total gracias a que una familia vallecana se instaló en su interior durante la Guerra Civil”.]
Y aunque después de la presencia romana “el lugar quedó totalmente cubierto en un par de siglos (…)”, en la época visigoda se pobló de nuevo:
“Hacia el siglo V la zona vuelve a ser frecuentada, con (…) un claro carácter estacional que se concreta en una serie de cabañas dispersas, dispuestas en las proximidades de antiguos pozos romanos o altomedievales”.
La zona continuó poblada sin sufrir grandes cambios durante la dominación musulmana, y, concluida esta, el territorio fue repoblado por cristianos:
“La conquista islámica, como ocurrió en buena parte del mundo rural, no pareció alterar la vida de este lugar o al menos así lo avalan los datos (…). No obstante, el dominio islámico sí que ha dejado huellas en la toponimia más cercana, como muestra el nombre de Cerro Almodóvar, derivado del árabe al-Mudawwar –cerro redondo– o La Salmedina, al sureste de Vallecas, que correspondería a la antigua Fahs al-Medina (…).
Cuando la ciudad de Toledo capituló ante Alfonso VI en 1085, el territorio a aquella taifa vinculado fue repoblado por cristianos, [aunque] hay testimonios de la continuidad de un hábitat muy reducido en su población [islámica] hasta por lo menos el siglo XV, atestiguado (…) por la presencia de cerámicas vidriadas de tradición andalusí, decoradas en verde y negro”.
Según Uscatescu, fue “la insalubridad [la que] motivó el despoblamiento medieval de la antigua parroquia de Torrepedrosa antes de finales del siglo XVI, y no se puede rechazar un escenario similar para épocas más antiguas. Pero lo cierto es que su posición a pie de ladera tampoco era la idónea (…). Posiblemente, cuando el terreno se convirtió totalmente en campo agrícola, los labradores debieron hacer acopios de piedras que estorbaban su labor y también debió servir como cantera para la reconstrucción, en el siglo XVII, de un nuevo edificio para albergar la imagen de Nuestra Señora la Virgen de la Torre”.

Aunque no sabemos exactamente cuándo comienza a existir Vallecas –o Ballecas– como núcleo de población, es en 1444, siendo Juan II rey de Castilla, cuando se cita Vallecas como tal, y en algún lugar se “adelanta su existencia, sin citar las fuentes, a 1365.”
[Como ya dijimos en La Población de Vallecas, en cierto lugar se adelanta a 1406 alguna documentación referida al “nombre de Vallecas aplicado a un núcleo de población” e incluso alguien “adelanta su existencia, sin citar las fuentes, a 1365.” (Cfr. (Cfr. Vallecas. Historia de un lugar de Madrid. Matilde Fdez. Montes, p. 104). No sabemos si la documentación de 1406 se refiere en realidad a la citada más arriba de 1444 o es otra distinta que desconocemos.
Lo que sí puede asegurarse es que antes de 1427 Vallecas era uno de los cuatro sexmos de la Tierra de Madrid: el de la Villa (Madrid), Aravaca, Villaverde y Vallecas (Madrid en la Edad Media análisis de una comunidad urbana y su entorno rural en sus relaciones con el hecho religioso. Ángela Muñoz Fernández). Y según la misma autora el sexmo de Vallecas bien podía existir ya en el siglo XIII, tesis que comparte Javier Leralta (Madrid: cuentos, leyendas y anécdotas, Vol. 1, 2001).]
Publicaciones del autor:
- Construcción de polígonos hiperbólicos... (Tesis, UNED 2006)
- El Abroñigal y otros arroyos
    [Casa del libro]  [Autografía]  [Popular libros]  [QUARES]  [AGAPEA] [Autor (e-mail)]
- Jose María Escrivá y Álvaro del Portillo en el Puente de Vallecas (1927-1931 y 1934)
    [papel]
[libro electrónico]
- Enseñanza de las Matemáticas en la Educación Secundaria   [Casa del libro] [Amazon]
- Familia Villota de la Presilla y la Iglesia de S. Ramón Nonato (autoedición)
- Iglesia de San Ramón Nonato. Don Emilio Franco, párroco (autoedición)
    [Pedidos al autor (e-mail)]

Correo electrónico:jlghpv15@gmail.com

Comentarios

  1. José Luis, te ha quedado un artículo muy atractivo. Me gusta mucho.

    ResponderEliminar
  2. Te agradezco mucho el comentario. Espero que también guste a mucha gente.

    ResponderEliminar
  3. Es un trabajo bien realizado y muy ilustrativo: Abre una puerta en la inquietud por seguir profundizando en la historia de Vallecas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por su comentario. Y me alegra que invite a seguir profundizando en la historia de esta querida barriada.

      Eliminar

Publicar un comentario